21 octubre 2009

Literatura gonzo

Nueve lunas

Gabriela Wiener

Mondadori, 2009

ISBN: 9788439722038

160 páginas

15,90 €





Carolina León


Hay libros que desean hacerse verdaderos en nuestras manos mientras nos cuentan cosas de otro mundo. Hay libros que explican hechos cotidianos y se nos hacen inverosímiles. Pero hay otros que no necesitan hacerse pasar por nada porque vienen desnudos a nosotros, sin intenciones más que de llevar lo que llevan, y uno no puede oponerles resistencia. Cuando encuentras uno de estos, escritos desde la autenticidad y el arrojo, simplemente te rindes. Pero también disfrutas como un mono.

Es por supuesto a este grupo al que pertenece “Nueve lunas”, un segundo “documento” de la autora peruana -afincada en Barcelona- Gabriela Wiener tras “Sexografías” (Melusina, 2008). No se trata de una novela ni de un ensayo ni de una autobiografía. Tiene de todos. El motivo (¿podemos llamarlo así?) del libro fue narrar los nueve meses de gestación de la autora, hasta el momento de dar a luz a su primer hijo. Nada más y nada menos.

Valiente, porque nada menos “literario” a priori que un embarazo. Valiente porque pone en el papel su propio embarazo, con pelos (de todo tipo) y señales (ominosas). Y valiente por empeñarse en desembarazar (léase como se quiera) el asunto de tópicos y espantosos clichés, de cursilería y ñoñería, por desentrañar el maldito papel de las hormonas y la sociedad y el sistema de seguridad social y el estatus de inmigrante en España y las mitomanías y el proceloso mundo de las experiencias de otras mujeres, la intuición bastarda y la superstición que, sí, también hoy ejercen una destacada influencia.

Pero no es la valentía, no sólo ella, la que da formato al libro. Lo llamo “documento” pero también lo podría llamar “estudio”, porque no tendría el mismo peso específico sin el resto de datos recogidos en torno a las fases del embarazo. Información trenzada con experiencia de primera mano. Documentación rellenando los huecos de la desinformación, la tirana incertidumbre de una (y de uno, también a veces).

Gabriela Wiener recoge, como si se tratase de un diario de viaje, su gestación, y la eleva a la máxima categoría del ensayo. A la manera lúdico-poética de un Peter Handke analizando minuciosamente el “cansancio”, como un Fernando Pessoa elucubrando en torno al “tedio”, pero aquí se habla de, no sólo un proceso psicológico y vital, también un exterminio físico que no se puede pasar por alto.

Si fuese tan sólo un documento del día a día (que lo es, recorriendo los nueve meses que casi ninguna se salta), no tendría la categoría que tiene. Si fuese elucubración poética inspirada por la progesterona, lo archivaríamos con facilidad. Pero Wiener es periodista, acostumbrada a las acrobacias “gonzo” para conseguir buenos reportajes (y, según ella cuenta, subsistir medianamente en el primer mundo). Así que tritura los géneros, desestructura las bases de cualquier texto anterior, funde el manual de autoayuda y ofrece su propio embarazo primerizo para todos, todas, para cualquiera que quiera entender un poco cuán estúpido, feliz, desatinado y hermoso es tener un hijo, así porque sí, en el siglo XXI.

Hay algo que me gustaría dejar claro para quien se acerque a esta reseña -y lo veo, ahí, levantando la ceja, al lector modelo de Estado Crítico-. Con todo lo que queda dicho, que no deja de ser cierto, “Nueve lunas” es literatura de la buena. Generoso en prosa bien delineada, de gusto coloquial y certera, con un entramado estructural atado con ganas y estupendas dosis de tragedia y comedia y todo a la vez. Que sea un documento es, a gusto de cada cual, lo mejor y lo peor que puede encontrarse en él. Sean valientes e introdúzcanse, como lo ha sido la autora.

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