15 febrero 2011

Los escritores que nos faltaban



Olvidados inolvidables

Juan Antonio González Romano

SIM/Libros, 2011

ISBN: 978-84-613-2137-7

151 páginas

20 €



Jesús Cotta

Ha sido un acierto de la pequeña editorial SIM/Libros publicar esta obra con tanto esmero y entusiasmo, por puro amor a la buena literatura. Yo tuve el honor de presentarlo el miércoles 9 de febrero en Sevilla y ahora lo presento aquí porque es un libro bueno, divertido y lleno de amor por la poesía y por los poetas.

Siempre me han gustado los libros de creación que, además de tener calidad literaria, son un juego literario que lo hace inclasificable como género. El poeta y bloguero Juan Antonio González Romano, en perfecto estilo bibliográfico y erudito, pero con una frescura sorprendente y una amenidad de buen escritor, ha elaborado un curioso manual de la historia de la literatura con autores apócrifos que deberían haber existido porque faltaban en nuestra historia de la literatura. Y digo que faltaban porque, además de reunir las características propias de sus compañeros de generación, poseen algo original y distinto que no teníamos. Entre los místicos españoles faltaba un místico oscuro, como fray Juan de Toledo, de origen morisco, que bebe no sólo de la mística cristiana, sino también de la sufí. Entre los poetas del XVIII y XIX faltaba una poeta anacreóntica afrancesada de vida atrevida y loca, como Eloísa Galván-Abarca; faltaba un poeta marinero, como lo es el Cavadías de la Grecia actual, y un bertsolari vanguardista. Y todos vienen acompañados de un retrato, de manos de estupendos ilustradores, por si alguien dudaba de su existencia.

Tan pronto uno de sus autores es sobrino del cardenal Cisneros como convence a Boscán y Garcilaso para que escriban endecasílabos, o salva a Cervantes de su prisión en Argel. Y el dato inventado explica al real y lo transfigura en algo más bello y comprensible.

Deberíamos entrar en secreto en la biblioteca nacional e instalar allí sus manuscritos para que se los encuentren los estudiosos con gafitas. Mientras unos distraen al vigilante jurado, otros dormimos con formol a las bibliotecarias y colamos los manuscritos en las estanterías. Un año después le lloverán al autor becarias suecas para para preguntarle datos sobre ese autor desconocido que ellas han descubierto.

Son muchos los logros literarios de este libro:

a) Recrea el estilo de los manuales eruditos de historia de la literatura, pero con gracia, amenidad y buena literatura.

b) Nos cuenta una historia interesante con cada uno de esos poetas, adornada de lances, encuentros y desencuentros, una mininovelita compleja y completa, con aristas y ramificaciones que, sin embargo, encajan a la perfección en el complejo rompecabezas que es la época y el contexto donde él sitúa a ese autor. En ese rompecabezas faltaba la pieza que González Romano coloca.

c) Rinde un homenaje a la figura del poeta, que consagra su vida a la literatura para no morirse de pena. Por la poesía pierden los poetas la cabeza, los amores, la fortuna, a ella dedican su vida, aman y odian en poesía. Conmovedor es el caso de Francisco Gómez Neria, comerciante, que coló un 'haiku' propio en botes de especias para pescado.

d) No se contenta con crear biografías verosímiles: además, nos ofrece fragmentos de sus obras, que es, sin duda, el gran aliciente de cada historia Y lo mejor es que cada uno de ellos responde al estilo de ese poeta, a su época, su contexto, con sus temas y tópicos propios de su generación. Ese poema es exactamente como uno espera de ese poeta, pero con un algo más que el autor les regala a sus apócrifos. El soneto de Matías Herrador, el poeta existencial, es magnífico y las reflexiones literarias del poeta teórico Virgilio Rey de Artieda son muy recomendables.

e) Si uno quiere aprender qué es la poesía petrarquista, la romántica, qué es el grupo Cántico, este libro es mejor que un manual de literatura, porque aquí nos encontramos con el poeta puro que hace por la poesía todo lo que su época le permitió hacer. Y por eso este libro es mejor en muchos aspectos que un manual de literatura de escritores reales

f) Y, por si fuera poco, el libro está lleno de chascarrillos inteligentes, sutiles ironías, guiños al lector, homenajes velados a sus amigos y, en fin, rebosa una amabilidad y un sentido del humor que nada tiene que ver con la superficialidad, sino con el amor a la vida y a la belleza.

El libro se lee con una sonrisa amable, sostenida por la absoluta simpatía que el autor siente hacia sus apócrifos, que, desde que este libro se ha publicado, han comenzado a existir. Y si no han comenzado aún a hacerlo, deberían, como todas las cosas bellas.

6 comentarios:

Elías dijo...

Magnífica presentación, Jesús:
con los datos precisos para ponerle los dientes largos al lector, y que salga del acto con la intención de comprarlo en el bolsillo.

No se quejará Juan Antonio, no.

Abrazos a ambos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Elías, un placer muy grande encontrarte por aquí, con el mismo amor que yo a los libros y a la poesía. Un abrazo, amigo.

Juan Antonio González Romano dijo...

¿Cómo me voy a quejar, Elías?
Muchas gracias, Jesús, por tu generosidad.
Abrazos.

Alejandro Muñoz dijo...

Yo me encargo de las becarias suecas, Jesús.

Anónimo dijo...

no valía con proporcionarle unos alfajores argentinos, tienen q ser tías. bendito país.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Juan Antonio, un placer.

Alejandro, trato hecho.

Anónimo, al autor le gustan más las suecas que los alfajores. No hay color. Además, las suecas hacen tesis doctorales y los alfajores no. Un saludo.