La reina del burdel
Macky Chuca
Sloper, 2011. Colección "La noche polar"
ISBN: 978-84-938278-3-0
119 páginas
14 €
VIII Premio Café Mon
Fran G. Matute
Con la canción "What's inside a girl" (1986) de The Cramps comienza "Las chicas son huecas", el que a mi juicio es el relato más poderoso de cuantos ha incluido Macky Chuca en La reina del burdel, un libro 'punky' como pocos no sólo en actitud sino en espíritu. Y es que en la literatura de Chuca hemos encontrado una extraña musicalidad enraizada en la tradición del 'do it yourself'. Macky ofrece al final de este libro una guía de audición de los temas que inspiraron la escritura de cada uno de los relatos de esta colección, pero el lector bien puede elegir otros más afines a sus gustos (al final les revelaré mi elección). Eso sí, la selección que hagan ustedes, lectores, deberá ser igual de contundente que la que ofrece Macky Chuca (de Jane's Addiction pasando por Neil Young, de Tom Waits a Caetano Veloso, de The Rolling Stones a Bauhaus), pues estos relatos, ya se lo adelanto, les van a dejar sin aliento.
Podríamos afirmar que la literatura de Macky Chuca es altamente feminista, pero yo no me quedaría muy a gusto diciéndoles esto. Desconfío, con prejuicios y todo, de la literatura feminista que ofrecen muchos de los iconos literarios de hoy día, que termina siendo, en el mejor de los casos, un triste ejercicio de falocentrismo esquizoide. Algo de lo anterior hay en estos relatos de Chuca pero, curiosamente, no hemos sentido extrañeza, sino todo lo contrario. Hemos comprendido. Hemos sufrido la visión femenina (que no feminista) porque Chuca se ha preocupado de introducirse en cada uno de los actores posibles para analizar la cuestión de fondo que no es otra que comprender qué hay dentro de una chica. Pero dentro de verdad. Y para ello, Chuca no sólo no deja fuera al lector masculino sino que lo invita a entender. Y vaya si hemos entendido.
Así, entre los 16 relatos que forman La reina del burdel, hemos asistido a la respuesta que da a nuestra pregunta una chiquita tarada, una bollera, un hombre con un secreto de alcoba, una prostituta segura de sí misma... Historias que transcurren en distintas edades, clases sociales, económicas e intelectuales, todo regado por la fuerza telúrica del sexo y una prosa ciertamente poética que viste la angustia existencial con la que escribe Macky Chuca como si estuviera escupiendo ideas hermosas y tristes al mismo tiempo. Y es que en las palabras de Chuca notamos un anhelo importante que puede venir de la familia, de las relaciones de pareja, de la falta de cariño, en última instancia. Del desapego social hablaba el 'punk' y de eso habla Macky Chuca en La reina del burdel, un texto del que podemos extraer, al azar, miles de frases lapidarias, máximas del entendimiento, axiomas de las relaciones humanas, sentencias como las que encontramos en las letras de las canciones, pues estos relatos tienen mucho de canción 'pop', en su sentido más amplio.
No hemos podido evitar, a medida que nos sumergíamos en los mundos de esta argentina afincada en Palma de Mallorca, sentir pena por ella. Seguro que ha sido de manera inconsciente a la par que condescendiente, pero mientras leíamos estos relatos tan poéticos, tan tristes, tan agresivos, no hemos parado de tararear una melodía desgarradora por hermosa, escrita en la época más opuesta al 'punk'. Una tonada 'doo-wop' que popularizó Brian Wilson, una de las grandes mentes atormentadas de nuestro tiempo. Un niño grande al que nunca quisieron demasiado y que se preguntaba en su inocente juventud "¿De qué están hechas las chicas jóvenes?", llegando a la conclusión de que, en su mayoría, no son más que sueños de jovenzuelos. Sueños que, gracias a Macky Chuca, se han hecho tristemente realidad. Lean La reina del burdel y encontrarán la llave mágica para entrar en los eternos confines literarios de Macky Chuca.
Podríamos afirmar que la literatura de Macky Chuca es altamente feminista, pero yo no me quedaría muy a gusto diciéndoles esto. Desconfío, con prejuicios y todo, de la literatura feminista que ofrecen muchos de los iconos literarios de hoy día, que termina siendo, en el mejor de los casos, un triste ejercicio de falocentrismo esquizoide. Algo de lo anterior hay en estos relatos de Chuca pero, curiosamente, no hemos sentido extrañeza, sino todo lo contrario. Hemos comprendido. Hemos sufrido la visión femenina (que no feminista) porque Chuca se ha preocupado de introducirse en cada uno de los actores posibles para analizar la cuestión de fondo que no es otra que comprender qué hay dentro de una chica. Pero dentro de verdad. Y para ello, Chuca no sólo no deja fuera al lector masculino sino que lo invita a entender. Y vaya si hemos entendido.
Así, entre los 16 relatos que forman La reina del burdel, hemos asistido a la respuesta que da a nuestra pregunta una chiquita tarada, una bollera, un hombre con un secreto de alcoba, una prostituta segura de sí misma... Historias que transcurren en distintas edades, clases sociales, económicas e intelectuales, todo regado por la fuerza telúrica del sexo y una prosa ciertamente poética que viste la angustia existencial con la que escribe Macky Chuca como si estuviera escupiendo ideas hermosas y tristes al mismo tiempo. Y es que en las palabras de Chuca notamos un anhelo importante que puede venir de la familia, de las relaciones de pareja, de la falta de cariño, en última instancia. Del desapego social hablaba el 'punk' y de eso habla Macky Chuca en La reina del burdel, un texto del que podemos extraer, al azar, miles de frases lapidarias, máximas del entendimiento, axiomas de las relaciones humanas, sentencias como las que encontramos en las letras de las canciones, pues estos relatos tienen mucho de canción 'pop', en su sentido más amplio.
No hemos podido evitar, a medida que nos sumergíamos en los mundos de esta argentina afincada en Palma de Mallorca, sentir pena por ella. Seguro que ha sido de manera inconsciente a la par que condescendiente, pero mientras leíamos estos relatos tan poéticos, tan tristes, tan agresivos, no hemos parado de tararear una melodía desgarradora por hermosa, escrita en la época más opuesta al 'punk'. Una tonada 'doo-wop' que popularizó Brian Wilson, una de las grandes mentes atormentadas de nuestro tiempo. Un niño grande al que nunca quisieron demasiado y que se preguntaba en su inocente juventud "¿De qué están hechas las chicas jóvenes?", llegando a la conclusión de que, en su mayoría, no son más que sueños de jovenzuelos. Sueños que, gracias a Macky Chuca, se han hecho tristemente realidad. Lean La reina del burdel y encontrarán la llave mágica para entrar en los eternos confines literarios de Macky Chuca.
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