Cartas de mamá
Julio Cortázar
Nørdica, 2012. Colección “Minilecturas”
ISBN: 978-84-92683-91-8
72 páginas
8 €
Prólogo de Jorge Luis Borges
José María Moraga
A estas alturas no voy a venir yo aquí a descubrir la pólvora haciendo notar que Julio Cortázar es -quizás- el cuentista más admirado en lengua española, maestro de maestros, y que su estilo ha sido tan influyente que se ha copiado hasta la inoperancia. Que muchos de sus textos exhiben una perfección formal, un compromiso y un vuelo estético que hacen de él un clásico contemporáneo, en todos los sentidos de la palabra. Casi cualquier persona alfabetizada en lengua española ha oído hablar de este autor argentino, y los más espabilados recordarán su extenso relato titulado “Cartas de mamá”, publicado en 1959 dentro del imprescindible volumen Las armas secretas, que incluía también “El perseguidor” o “Las babas del diablo”, por nombrar otros dos clásicos.
Con todo lo anterior en la cabeza, lo que sí procede en esta reseña es valorar el nuevo producto editorial que Nørdica presenta: una pequeña y bonita edición de “Cartas de mamá” (ahora Cartas de mamá) que incluye un prólogo de Jorge Luis Borges, “el otro” cuentista argentino universal. Valorar la idoneidad o no de este libro como tal, que se presenta en un atractivo formato, el de la colección Minilecturas (“Lecturas para disfrutar en el tiempo que dura una película, al precio de una entrada de cine”, es el eslogan de esta serie). La edición es una preciosidad y está cuidadísima, lo que no ha impedido que se cuele una errata. Todo, desde la imagen de portada hasta el papel, pasando por el diseño interior, invita a la lectura.
Sin embargo, es lícito preguntarse si merece la pena gastarse los 8 euros que cuesta el librito de 72 páginas en un relato que podríamos encontrar en otros volúmenes más completos (cualquier edición de Las armas secretas o cualquier recopilación de cuentos). Sé que la literatura no se vende al peso, que no es cuestión de comprar el libro más gordo al precio más barato. Pero también sé que estamos en crisis y que por poco más de lo que cuesta este Cartas de mamá es posible adquirir Rayuela, la novela cumbre de Cortázar de 1963.
“Cartas de mamá” sigue siendo ese relato perfecto, esa partida de ajedrez a tres –o cuatro- bandas en la que lo fantástico (lo contrario a lo que nos es familiar, que dirían Freud o Poe) se abre paso subrepticiamente y sin explicaciones en el seno del más gris realismo (como ocurre en otros relatos de Cortázar, se viene a la memoria “Casa tomada”), y donde lo inesperado toma carta de naturalidad. Las anodinas cartas de la mamá de Luis/suegra de Laura, la fantasmagoría del hermano muerto, París, el cine francés… todo se conjura para dejar al lector atónito al encarnarse en el preciso español de Julio Cortázar. El prólogo (no inédito) de Jorge Luis Borges no pasa de lo anecdótico, aunque esto no le resta interés puesto que en él parece actualizarse el relevo entre las dos generaciones de cuentistas “perfectos” argentinos, algo que añade algún valor a esta edición.
Pero en definitiva, si ya se había leído “Cartas de mamá” no creo que aporte mucho adquirir este Cartas de mamá (salvo que, como yo, se sea un cortazariano impenitente), y si no se conoce es mi deber recomendar una exploración más profunda de la cuentística de Cortázar. Con todo, este cuento me parecería una muy buena introducción al tema, y he de confesar que -pese a lo dicho- no pude evitar comprármelo cuando lo vi tan bonito en la tienda. Lo cual no deja de encajar con esas anécdotas inexplicables que solemos encontrar en los relatos de un tal Julio.
5 comentarios:
Veo que no habéis hecho huelga, pero casi casi. Una reseña flojita como pocas. Flácida, diría yo.
J.Lo
Veo que Ud. tampoco la ha hecho...
La reseña no es flácida, sino potente, clara y sincera. El crítico distingue entre sus gustos privados y lo que el público de buen criterio puede esperar.
Huelga decir que la entrada de este reseñador vuelve a ser picante porque invita brutalmente a su lectura.
Don CalcetínRelleno
Me parece haber leído este cuento hace algunos años, aunque bajo el título de Cartas de mamá.
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