Vida de Pablo
Carlos Pardo
Periférica, 2011
ISBN: 978-84-92865-30-7
308 páginas
20 €
Juan Carlos Sierra
Una vez leída con toda la atención del mundo esta Vida de Pablo, no me cabe la menor duda de que el editor cometió un error de bulto cuando envió el libro a imprenta. Realmente la hasta ahora primera novela del poeta madrileño Carlos Pardo se llama "Vida de Carlos", de Carlos Pardo, valga la redundancia.
Lo que efectivamente empieza en la primera parte del libro, "La colonización", a ser la narración de la vida de Pablo, un artista plástico que renuncia a su actividad creadora para dedicarse al mundo del ocio para noctámbulos, poco a poco va convirtiéndose en la historia del protagonista, Carlos, un pinchadiscos y poeta con libro premiado y en imprenta que aterriza en la Córdoba de principios del siglo XXI.
A Pablo lo vamos conociendo solo tangencialmente, mientras que a Carlos lo vemos desde dentro, en su intimidad, en sus contradicciones, en sus digresiones, en su peculiar sentido del humor, en su amistad con Abraham, pero sobre todo en su amor por María Jesús. Porque si de algo habla la novela –y no solo en su primera parte- es del amor, de su construcción, de sus altibajos, de su consolidación, de su transformación en matrimonio, de sus tempestades y de sus bonanzas, de su latir cotidiano,… Y la página 278 del libro lo confirma. En una conversación entre María Jesús y Carlos, los protagonistas enamorados de Vida de Pablo, este le dice a ella hablando de la novela –en un arranque metaliterario de los tantos que hay en el libro-: “Va sobre ti. Es una novela de amor”.
Además de esto, la novela plantea los límites de la ficción o la delgada frontera que separa la vida de la literatura. Da la sensación de que, partiendo de las notas de su diario íntimo, de las fotografías que van fijando en un cuaderno una vida, el autor de este supuesto diario y de la novela ordenara todo ese material acumulado a lo largo de los años y lo introdujera en la coctelera ficticia de la narración bajo la voz de un personaje con el que comparte nombre y apellidos. Quizá aquí se halle la clave, la distancia o la cercanía entre autor y personaje que proporciona el género literario elegido, mientras en el diario íntimo esa diferencia queda diluida; o quizá todo sea una broma, uno de esos juegos de palabras a los que tan aficionado es Carlos Pardo (¿personaje y/o autor?), una extensión de su obra poética en la que tan importante es la ironía.
Por otra parte, también hay que tener presente que se trata de una novela construida con los materiales de la memoria. Parece que Carlos Pardo pretende darle una vuelta de tuerca al género biográfico-memorialístico en la línea de La novela de la memoria de Caballero Bonald, esa ficción con apariencia de realidad, esa vida que se convierte en ficción cuando se maneja desde la atalaya de la memoria. Mientras que el escritor jerezano sostiene, pero dentro de las formas del género memorialístico, esa cualidad ficcional del recuerdo, Carlos Pardo va más allá saliéndose del marco de la biografía pura y dura, para dotar al relato de sus recuerdos de una estructura claramente novelística, pero donde caben también otros registros y maneras literarias que lo alejan, por ejemplo, de la linealidad del modelo decimonónico y que lo acercan al fragmentarismo posmoderno de su poesía más reciente.
Y además está la música –como no podía ser de otra manera en la vida de un pinchadiscos-, la filosofía, la ciencia, las citas literarias, la pintura –María Jesús y algunos de sus amigos se dedican a ella-, las teorías sobre la creación,… y una prosa limpia y viva.
En definitiva, una novela poliédrica, ambiciosa, interesante, juguetona,… Una muy decente primera novela de un poeta igual de poliédrico, ambicioso, interesante, juguetón,…
Una vez leída con toda la atención del mundo esta Vida de Pablo, no me cabe la menor duda de que el editor cometió un error de bulto cuando envió el libro a imprenta. Realmente la hasta ahora primera novela del poeta madrileño Carlos Pardo se llama "Vida de Carlos", de Carlos Pardo, valga la redundancia.
Lo que efectivamente empieza en la primera parte del libro, "La colonización", a ser la narración de la vida de Pablo, un artista plástico que renuncia a su actividad creadora para dedicarse al mundo del ocio para noctámbulos, poco a poco va convirtiéndose en la historia del protagonista, Carlos, un pinchadiscos y poeta con libro premiado y en imprenta que aterriza en la Córdoba de principios del siglo XXI.
A Pablo lo vamos conociendo solo tangencialmente, mientras que a Carlos lo vemos desde dentro, en su intimidad, en sus contradicciones, en sus digresiones, en su peculiar sentido del humor, en su amistad con Abraham, pero sobre todo en su amor por María Jesús. Porque si de algo habla la novela –y no solo en su primera parte- es del amor, de su construcción, de sus altibajos, de su consolidación, de su transformación en matrimonio, de sus tempestades y de sus bonanzas, de su latir cotidiano,… Y la página 278 del libro lo confirma. En una conversación entre María Jesús y Carlos, los protagonistas enamorados de Vida de Pablo, este le dice a ella hablando de la novela –en un arranque metaliterario de los tantos que hay en el libro-: “Va sobre ti. Es una novela de amor”.
Además de esto, la novela plantea los límites de la ficción o la delgada frontera que separa la vida de la literatura. Da la sensación de que, partiendo de las notas de su diario íntimo, de las fotografías que van fijando en un cuaderno una vida, el autor de este supuesto diario y de la novela ordenara todo ese material acumulado a lo largo de los años y lo introdujera en la coctelera ficticia de la narración bajo la voz de un personaje con el que comparte nombre y apellidos. Quizá aquí se halle la clave, la distancia o la cercanía entre autor y personaje que proporciona el género literario elegido, mientras en el diario íntimo esa diferencia queda diluida; o quizá todo sea una broma, uno de esos juegos de palabras a los que tan aficionado es Carlos Pardo (¿personaje y/o autor?), una extensión de su obra poética en la que tan importante es la ironía.
Por otra parte, también hay que tener presente que se trata de una novela construida con los materiales de la memoria. Parece que Carlos Pardo pretende darle una vuelta de tuerca al género biográfico-memorialístico en la línea de La novela de la memoria de Caballero Bonald, esa ficción con apariencia de realidad, esa vida que se convierte en ficción cuando se maneja desde la atalaya de la memoria. Mientras que el escritor jerezano sostiene, pero dentro de las formas del género memorialístico, esa cualidad ficcional del recuerdo, Carlos Pardo va más allá saliéndose del marco de la biografía pura y dura, para dotar al relato de sus recuerdos de una estructura claramente novelística, pero donde caben también otros registros y maneras literarias que lo alejan, por ejemplo, de la linealidad del modelo decimonónico y que lo acercan al fragmentarismo posmoderno de su poesía más reciente.
Y además está la música –como no podía ser de otra manera en la vida de un pinchadiscos-, la filosofía, la ciencia, las citas literarias, la pintura –María Jesús y algunos de sus amigos se dedican a ella-, las teorías sobre la creación,… y una prosa limpia y viva.
En definitiva, una novela poliédrica, ambiciosa, interesante, juguetona,… Una muy decente primera novela de un poeta igual de poliédrico, ambicioso, interesante, juguetón,…
4 comentarios:
Pues habrá que leerla. Saludos.
Interesante novela. Sobre todo por ver cómo se gana la vida un pinchadiscos en Córdoba...
Me alegro que el Sr Pardo, al que tengo estima como poeta, se defienda también como narrador, alejándose de la funesta costumbre de los líricos españoles de escribir novelas y cuentos malísimos e ineptos.
No tengo mucha experiencia en novelas de poetas, aunque alguna ha caído en mis manos en los últimos años y sí, mejor seguir en muchos casos dedicándose a los versos. Sin embargo, la obra de Carlos Pardo me parece que es digna. No sé si pasará a los libros de historia de la literatura española -ni siquiera sé si él pasará como poeta destacado, aunque tiene muchas papeletas-, pero me reafirmo en mi primera impresión. Es una primera novela de poeta muy digna.
Disfrútenla si tienen ocasión. Y si no la disfrutan, luego me ajustan cuentas.
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