Adam Parfrey
Valdemar, 2012. Colección "Intempestivas"
ISBN: 978-84-7702-726-3
688 páginas
31,50 €
Traducción de Santiago García
José Martínez Ros
En 1988, el editor neoyorquino Adam Parfrey publicó
una muy sorprendente antología de textos, Cultura del Apocalipsis,
en la que mostraba lo que podríamos llamar los istmos más extremos de la
contracultura contemporánea de Occidente (o más bien de sus subculturas más
tenebrosas). Doce años después, y aprovechando el clima “milenarista” del
momento, Parfrey publicó una segunda parte, que ahora traduce Valdemar,
y que probablemente supera, en cuanto a nivel de bizarrismo a la primera y a
cualquier otro libro que un lector mentalmente sano haya tenido jamás entre sus
manos. Pondremos algunos ejemplos:
- ¿Sabían que diversos grupos fundamentalistas
cristianos desean clonar a Jesús a partir de las diversas reliquias,
como la Sábana Santa, que supuestamente conservan material biológico de Nuestro
Salvador y de esa manera acelerar el fin de los tiempos? Según sus promotores,
su plan ya estaba predicho en diversos capítulos de La Biblia. “En él
tenemos la redención a través de su sangre” (Éfesos 1, 7). Los interesados
pueden hacer donaciones al proyecto en la web www.clonejesus.com.
- “Programa cultural islámico de asesoría
matrimonial gratuita. Entiende a tu esposa”. Un documento que se inicia con
la memorable frase: “Hermanos , no pongáis nunca vuestro pene en la boca de
vuestra mujer…”.
- Un gélido y muy bien narrado (por momentos, parece
que estamos leyendo al propio Yukio Mishima) artículo del novelista y
filósofo inglés Colin Wilson, famoso precisamente por su tendencia a la
hipertextualidad compulsiva, la metaficción y su interés por temas como los
OVNIS, el satanismo, la reencarnación , las diversas teorías de la conspiración
y las formas no convencionales de religiosidad, sobre el caso del caníbal
japonés Issei Sagawa, que asesinó y devoró parcialmente a una compañera
de estudios holandesa en 1981 en París.
- Judíos por Hitler. Homosexuales
nacionalsocialistas. Creo que no es necesario añadir más.
- ¡Las esclavas sexuales del Nuevo Orden Mundial!
Pornografía literaria para paranoicos. Lean las (ardientes) confesiones de
mujeres que, en trance hipnótico, descubren que fueron condicionadas
mentalmente para servir de juguete sexual a líderes mundiales como Ronald
Reagan, Bob Hope (sí, Bob Hope, el humorista), Gerald Ford,
Dick Chenney, Kris Kristofferson (el cantante 'country' y actor),
la familia Bush al completo, Hillary Clinton, Elvis, el Príncipe
Carlos de Inglaterra, Frank Sinatra, Kareem Abdul-Jabbar, Neil
Diamond y un larguísimo etc. He de decir que no me esperaba lo de Neil
Diamond.
- Decenas de cartas recibidas por Anton LaVey,
el fundador de la Iglesia de Satán, de personas interesadas en
pertenecer a su congregación. ¡Sirva al Maligno y mejore su vida!
- Un literalmente estremecedor estudio donde compara
las declaraciones de varios pedófilos y violadores convictos y confesos y
fragmentos “literarios” extraídos de diversas publicaciones eróticas legales
dirigidas al público masculino. Muchas, demasiadas, líneas convergentes.
- Panfletos de grupos supremacistas blancos que
denuncian que Estados Unidos está siendo invadido por musulmanas que ocultan
ántrax en sus vaginas.
Y hay mucho más.
Muchísimo más. No creo que exista la menor posibilidad
de que el lector -cualquier lector- no se sienta ofendido, molesto, irritado,
escandalizado o, simplemente, aterrado y acongojado por alguno de los capítulos
que conforman este libro. ¿Por qué, entonces, deberían leerlo? Sobre todo,
porque en él no hay ni una línea de ficción. Lo que encontramos son los
productos marginales de nuestras sociedades democráticas, del capitalismo
avanzado, textos hijos “de una época tan confusa, tan mutada, tan perfecta:
perfectamente triste, perfectamente degradada, perfectamente corrupta”,
como escribe Parfrey, que también señala en el breve e iluminador
prefacio: “no prestar atención al material incluido aquí no erradica su
existencia”.
1 comentario:
Por muy 'freaky' que esto puedo sonar, pienso que si no existieran este tipo de cosas, el mundo sería mucho más aburrido...
Me ha encantado la reseña. No hay mejor forma para celebrar el día del fin del mundo que hablando del Apocalipsis!
Publicar un comentario