El atlas de las nubes
David Mitchell
Duomo, 2012. Colección "Nefelibata"
ISBN: 978-84-9272-3-799
608 páginas
21 €
Traducción de Víctor V. Úbeda
José Martínez Ros
Incluso antes de que se anunciara su
adaptación al cine por los responsables, respectivamente, de la Trilogía
de Matrix y Corre, Lola, corre, la novela de David Mitchell El
atlas de las nubes estaba destinada a convertirse en una de las más
extrañas criaturas de pueblan el mundo editorial: un 'best-seller' de culto, una
de esas raras obras que son devoradas casi compulsivamente por cientos de miles
de lectores y alabadas por su complejidad y una escritura que, ciertamente,
está por encima de la media. Muy, muy por encima. Una novela de la misma
especie que, por ejemplo, La insoportable levedad del ser de Milan
Kundera o La conjura de los necios de John Kennedy Toole.
Quizás la clave se encuentra en la
propia personalidad literaria del autor: si uno ha seguido la carrera de David
Mitchell, desde su magnífico debut, Escritos fantasmas, en el que ya
ensayaba una descripción de las marañas de un mundo global, a la más reciente, Mil otoños, una melancólica novela histórica ambientada en el Japón del siglo XVIII
que devuelve su dignidad a un género que suele presentar un devaluado,
subterráneo, nivel literario, comprende que por encima de su admirable
capacidad de experimentación con distintas voces y técnicas, lo que es Mitchell es,
ante todo, lo que se suele llamar “un narrador nato”. Normalmente, esa
expresión se utiliza para definir a un escritor para el que la narrativa no ha
evolucionado ni un ápice desde Tolstoi, cuando no desde el anónimo (o
no) autor de El Lazarillo, pero que en el caso de Mitchell adquiere
todo su sentido: Mitchell es un escritor postmoderno, incluso cabría
decir que muy postmoderno, que ha leído -y asimilado-, por decir dos nombres, a Thomas
Pynchon o Vladimir Nabokov, pero que emplea todas sus argucias y
trucos postmodernos con el noble fin de seducir y atrapar al lector.
El atlas de las nubes está
compuesto de seis historias sutilmente entrelazadas que abarcan del siglo XIX a
un futuro aún lejano y apocalíptico, todas ellas narradas en primera persona
por una serie de personajes que van de un joven notario que viaja por el
Pacífico y se topa con los devastadores efectos de la colonización europea a
uno de los últimos supervivientes de la humanidad, reducida a habitar en un
estado de poco más que tribal unas pocas islas dispersas por el globo cuando el
resto del planeta ha sido devorado por las radiaciones nucleares y otros
desastres ecológicos. Un conjunto de protagonistas que también incluye, entre
otros, un compositor bohemio y bisexual, un anciano editor encerrado contra su
voluntad en un asilo e, incluso, una clon. Con el salto de historia a historia,
muta igualmente la voz narradora, que pasa de los ecos de Melville y Conrad de
la primera secuencia a disfrazarse de Evelyn Waugh, Nabokov, J.
G. Ballard o, incluso, ¡John Grisham! (si, una de las historias imita de
forma consciente el estilo de las novelas de los 'best-sellers' de suspense, y no
lo hace nada mal). Quizás el único problema sea que, al colocar en paralelo
seis historias, unas compiten involuntariamente con otras en la mente del
lector, algo casi inevitable.
No quiero desentrañar la clave de su
particularísima estructura: sólo afirmar que Mitchell, a pesar de sus
continuas metamorfosis narrativas, consigue convencernos de que todas las
mininovelas que conforman El atlas de las nubes están entrelazadas en
una unidad mayor que, además, comparte una serie de temas: la solidaridad entre
los seres humanos, el amor a la naturaleza, la libertad de pensamiento frente a
la opresión del hombre por el hombre, el consumismo desaforado y la adoración
de la tecnología. Es probable que Mil otoños sea una mejor novela,
pero, desde el punto de vista estrictamente literario, un libro como El
atlas de las nubes es una pequeña hazaña.
Llévenselo a la playa este
verano. No creo que se arrepientan. Compite en una categoría donde no hay nadie
mejor.
6 comentarios:
si uno "ha" seguido.
Corregida la errata. Se agradece el comentario.
Me sorprende mucho que relaciones un best seller de este calibre con autores de la talla de Ballard, Pynchon, Nabokov... habrá que echarle un ojo y quitarse prejuicios ante los blockbusters globales.
Gracias por tu detallada explicación, ha sido muy útil.
No me había llamado mucho la atención por la sinopsis, pero con esta crítica, me animaré a leerla. Saludos
Lo de 'Atlas de las Nubes' se me escapa completamente de las entendederas. Está bien ser ambicioso, en el sentido de pretender, pero si sólo se queda en eso, pues claro, tenemos lo de pretencioso. Es un desastre cinematográfico. No sé qué tendrían en la cabeza Tom Twyker y los Wachoski, pero esta historia de tintes 'cuánticos' no se coge por ningún lado: larga, tediosa, las historias al rato no interesan nada, infantiles... Uf, es que no tengo adjetivos. Tres horas, casi me puse por obligación acabarla, soportar esta tortura, era tal mi incredulidad. Y es que evidentemente había dinero, grandes actores, no sé de qué guión, sobre el famoso libro, partirían para acabar dándonos estos resultados. Indescriptible. Un saludo!!!
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