28 febrero 2013

Ligereza y profundidad


Después del terremoto

Haruki Murakami

Tusquets, 2013. Colección "Andanzas"

ISBN: 978-84-8383-449-7

192 páginas

17 €

Traducción de Lourdes Porta



José Martínez Ros

Los protagonista de Después del terremoto, este -extraordinario, ya lo podemos indicar- libro de relatos de Haruki Murakami no son lo que podríamos llamar “gente especial”. Más bien, todo lo contrario. Puede ser un joven oficinista que sigue viviendo con su madre, una señora muy religiosa y ligeramente desequilibrada. Puede ser una chica que, de repente, decide abandonar su entorno familiar, sus estudios, el lugar en el que nació e instalarse en una pequeña localidad costera. Puede ser un ejecutivo cuya mujer primero se obsesiona con los reportajes televisivos acerca del terremoto de Kobe de 1995 (al que se alude, de una forma u otra en cada uno de los seis relatos que componen el libro) y, finalmente, sin ninguna explicación, lo abandona. Puede ser un escritor sin éxito que rememora un fallido primer amor de sus años de universidad…

Son personas con las que cualquiera de nosotros podemos sentirnos identificados, que padecen una cierta, pero nada anormal, melancolía o tristeza o alguna de las múltiples formas de la soledad contemporánea, pero que, sobre todo, experimentan una sensación de vacío, de estar incompletos, aislados, inarticulados que todos conocemos, ¿verdad? Y que de repente se topan lo extraordinario, con una visión, un hecho, una epifanía privada que de repente ilumina la penumbra monótona de su existencia, que les permite, por primera vez, a menudo de manera dolorosa, comprender su propia vida. Una técnica que hace que este libro de cuentos nos recuerde, y mucho, a los famosos Nueve cuentos de Salinger, y percibamos una vez más la gran influencia que ha tenido el autor norteamericano sobre el japonés.

Por supuesto, “lo extraordinario” tiene distintos rostros para cada uno de ellos. Un anciano pintor que tiene la inexplicable costumbre de encender hogueras por la noche, en una playa solitaria. Un desconocido al que le falta el lóbulo de la oreja y que tal vez sea el padre que nunca llegó a conocer el protagonista o el propio Dios. Incluso, una rana gigante de dos metros de altura que se presenta en tu casa, te sirve un té y te anuncia que debes ayudarla a salvar Tokio de una catástrofe inminente y sobrenatural (este relato, "La rana que salvó Tokio", el único puramente fantástico del libro, nos trae a la memoria, inevitablemente, a alguna de las películas de otro genio nipón, Hayao Miyazaki, el director de La princesa Mononoke, El castillo ambulante y El viaje de Chihiro). Murakami desarrolla cada una de sus historias con una prosa depurada y limpia que se adecua al contenido, a una narrativa compleja y multidimensional que sabe adoptar la máscara de la sencillez.

En su combinación de ligereza y profundidad, en la absoluta perfección de cada uno de los relatos que lo forman, este pequeño libro, de apariencia modesta, es una de las obras mayores de Haruki Murakami y una nueva prueba de que se ha convertido en uno de los más grandes artífices de la literatura contemporánea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

También pienso yo que hay poco de modesto en este libro de relatos y que hay que tenerlo muy en cuenta dentro de la obra de Murakami. Genial el relato de la súper-Rana.

Anónimo dijo...

Un mojón pa Murakami.