Señales que precederán al fin del mundo
Yuri Herrera
Periférica, 2009
ISBN: 978-84-936926-9-8
123 páginas
14 €
Juan Carlos Sierra
Tras Trabajos del reino, publicada en el año 2008, Periférica vuelve a la obra del mexicano de Actopan Yuri Herrera para seguir trazando las coordenadas en las que se mueve el México actual.
Señales que precederán al fin del mundo narra, entre otras cosas, una de las duras realidades que vive el país centroamericano, la emigración al hermano rico del norte, que tanto se parece a la inmigración que aquí nos llega del sur. Pero quien espere de Señales que precederán… una novela social que denuncia las injusticias internacionales en el reparto del pastel de los dólares o de los pesos solo se quedará en la superficie más epidérmica de la obra de Yuri Herrera. Puede, no obstante, que algo de eso haya, pero creo que la lectura de Señales que precederán…trasciende el tópico social abriendo una gama de colores interpretativos que desborda el esquema del rico malo y del buen pobre.
En cualquier caso, dentro de la perspectiva más o menos social que pueda proyectar la novela de Yuri Herrera, lo más interesante creo que se halla en la profundización íntima del fenómeno de la emigración que expresa el siguiente párrafo (página 105): “Ahí estaba. Era una historia increíble, pero ahí estaba su hermano, de uniforme guerreado, vivo y en una pieza. De súbito tenía dinero y un nombre nuevo, pero no tenía idea de qué hacer, hacia dónde ir, cuál se supone que era el rumbo de la persona con ese nombre”.
Como se puede apreciar, Señales que precederán… va más allá de un ramplón realismo social más o menos esquemático. Pero no sólo por lo que acabamos de señalar. La novela de Yuri Herrera además sobrepasa estos límites al adentrarse en el terreno de lo mitológico precolombino o en la tradición dantesca del viaje al infierno. Porque lo que cuenta el autor mexicano es precisamente eso, el viaje que emprende el personaje principal, Makina, en busca de un hermano que se fue a reclamar al país de los gauchos lo que se suponía que era suyo. En definitiva, se trata de un periplo hacia y hasta las fauces profundas del ‘amigo americano’, es decir, Señales que precederán…nos cuenta el recorrido desde el mismísimo infierno al puritito pinche infierno del norte.
Dejando de lado las conexiones con la tradición literaria universal o el halo entre fantástico, fantasmagórico o mitológico de paisajes, pasajes –especialmente el capítulo final- y personajes, como la Cora –la madre de Makina- o la empleada del restaurante que le a Makina descubre el paradero de su hermano, veo en Señales que precederán…otra cuestión más terrenal y, por ello, más inquietante, que, dicho sea de paso, también aparecía en Trabajos del reino. Me refiero a la degradación ¿moral? de quien se halla por debajo del límite de lo moralmente soportable para el ser humano, de quien se ve empujado por las circunstancias a perder su dignidad como persona, representada principalmente esta degradación en el personaje del hermano de Makina.
Las líneas de tensión de la realidad mexicana a día de hoy las va marcando Yuri Herrera desde sus novelas, que producen una sensación de verdad más poderosa que las imágenes televisivas de los asesinatos en Ciudad Juárez o de los cadáveres en el desierto de Sonora.
Tras Trabajos del reino, publicada en el año 2008, Periférica vuelve a la obra del mexicano de Actopan Yuri Herrera para seguir trazando las coordenadas en las que se mueve el México actual.
Señales que precederán al fin del mundo narra, entre otras cosas, una de las duras realidades que vive el país centroamericano, la emigración al hermano rico del norte, que tanto se parece a la inmigración que aquí nos llega del sur. Pero quien espere de Señales que precederán… una novela social que denuncia las injusticias internacionales en el reparto del pastel de los dólares o de los pesos solo se quedará en la superficie más epidérmica de la obra de Yuri Herrera. Puede, no obstante, que algo de eso haya, pero creo que la lectura de Señales que precederán…trasciende el tópico social abriendo una gama de colores interpretativos que desborda el esquema del rico malo y del buen pobre.
En cualquier caso, dentro de la perspectiva más o menos social que pueda proyectar la novela de Yuri Herrera, lo más interesante creo que se halla en la profundización íntima del fenómeno de la emigración que expresa el siguiente párrafo (página 105): “Ahí estaba. Era una historia increíble, pero ahí estaba su hermano, de uniforme guerreado, vivo y en una pieza. De súbito tenía dinero y un nombre nuevo, pero no tenía idea de qué hacer, hacia dónde ir, cuál se supone que era el rumbo de la persona con ese nombre”.
Como se puede apreciar, Señales que precederán… va más allá de un ramplón realismo social más o menos esquemático. Pero no sólo por lo que acabamos de señalar. La novela de Yuri Herrera además sobrepasa estos límites al adentrarse en el terreno de lo mitológico precolombino o en la tradición dantesca del viaje al infierno. Porque lo que cuenta el autor mexicano es precisamente eso, el viaje que emprende el personaje principal, Makina, en busca de un hermano que se fue a reclamar al país de los gauchos lo que se suponía que era suyo. En definitiva, se trata de un periplo hacia y hasta las fauces profundas del ‘amigo americano’, es decir, Señales que precederán…nos cuenta el recorrido desde el mismísimo infierno al puritito pinche infierno del norte.
Dejando de lado las conexiones con la tradición literaria universal o el halo entre fantástico, fantasmagórico o mitológico de paisajes, pasajes –especialmente el capítulo final- y personajes, como la Cora –la madre de Makina- o la empleada del restaurante que le a Makina descubre el paradero de su hermano, veo en Señales que precederán…otra cuestión más terrenal y, por ello, más inquietante, que, dicho sea de paso, también aparecía en Trabajos del reino. Me refiero a la degradación ¿moral? de quien se halla por debajo del límite de lo moralmente soportable para el ser humano, de quien se ve empujado por las circunstancias a perder su dignidad como persona, representada principalmente esta degradación en el personaje del hermano de Makina.
Las líneas de tensión de la realidad mexicana a día de hoy las va marcando Yuri Herrera desde sus novelas, que producen una sensación de verdad más poderosa que las imágenes televisivas de los asesinatos en Ciudad Juárez o de los cadáveres en el desierto de Sonora.
2 comentarios:
Juan Carlos: ¡Qué buen libro! Me ha encantado tu reseña, pero sólo echo de menos haber puesto más luz sobre ese estilo como... seco, concentrado, donde no se siente sobrar ni faltar nada. Donde no hay retórica, ni epítetos de más, y que se siente como una especie de red fácil, tupida, que abraza al que lee, y que lo atrapa. Así al menos he terminado yo la lectura de Señales..., absolutamente cautivada. Saludos!
Estupendo narrador. Ojalá que pronto veamos otra novela suya.
Me lo recomendó muy bien Daniel Sada.
Pecatta minuta: México no es un país centroamericano. Pertenece a Norteamérica, al menos en la geografía física convencional.
Felicidades:
Federico Campbell
federicocampbell@yahoo.com.mx
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