Historia de una anatomía
Francisca Aguirre
Hiperión, 2010
ISBN: 978-84-7517-963-6
82 páginas
9 €
Premio Internacional Miguel Hernández-Comunidad Valenciana
Juan Carlos Sierra
Parece que Francisca Aguirre (Alicante, 1930), a sus jovencísimos ochenta años, se hubiese aliado últimamente con algunos de los premios que saca a la luz de las estanterías la editorial Hiperión. En cuestión de tres años ha recibido dos premios publicados por esta prestigiosa editorial madrileña especializada en poesía; a saber, el Premio Valencia de la Institución Alfons el Magnanim con Nanas para dormir desperdicios en 2007 y el Premio Internacional Miguel Hernández-Comunidad Valenciana en el centenario del poeta de Orihuela por Historia de una anatomía. Aunque los galardones poéticos en sí no significan demasiado, porque no siempre son sinónimo de calidad, en el caso de Francisca Aguirre creo que le proporcionan una merecida presencia en el panorama poético español, aunque solo sea por el eco mediático, tras el olvido injusto que ha sufrido esta poeta con una obra sólida y de muchos quilates. Ojalá todo esto sirva, aunque tardíamente, para rescatar otros títulos valiosos de esta autora y para colocarla al menos en el lugar que se merece dentro de su generación –la del 50-.
No sé si Historia de una anatomía, con premio y todo, se podría incluir en el ‘top ten’ de la producción poética de Francisca Aguirre, pero existen en el libro los suficientes méritos como para invitar a leerlo.
Como en el resto de la producción poética de la escritora alicantina, se mantiene en su último título la limpieza del verso, su claridad, su sobriedad, su tono susurrante, cercano y amable -como de madre que habla con cariño a una hija de lo cruel que puede llegar a ser la vida (y de eso Francisca Aguirre sabe demasiado)-, su inclinación a lo narrativo, su inclinación por la temática familiar –donde la figura del padre, el pintor Lorenzo Aguirre, adquiere una relevancia definitiva-… Y, en lo relativo a las influencias, la presencia –diríamos omnipresencia- del maestro de los maestros para Francisca Aguirre, Antonio Machado; unas veces citado por su nombre y sus versos y otras a través de interpretaciones y/o versiones de éstos.
Se podría decir que es la misma poeta de siempre, pero con una conciencia de final de trayecto que sobrecoge en muchos de los poemas recogidos en esta Historia de una anatomía.
El libro que reseñamos se divide en dos partes bien diferenciadas. En la primera, sin título, la autora conduce al lector por cada uno de los rincones de una anatomía –física y sentimental- desgastada por la vida. Aunque no todos los poemas de esta primera sección mantienen la misma altura poética, lo que los convierte en altamente recomendables es la habilidad de Francisca Aguirre en el manejo del aparato simbólico que le presta la propia anatomía desgastada por los años, para contarnos la verdad que encierra su historia –que puede ser la de cualquiera que se acerque al libro-. Porque, como apunta la cita de Coetzee que los encabeza, “Un cuerpo dice la verdad. No siempre, ni a la primera, pero siempre es el cuerpo el que la dice”.
La segunda parte de Historia de una anatomía, titulada "Anamnesis. Datos personales y exploración", trata de explicar las circunstancias –heredadas, familiares- anteriores al estado de decadencia del que se da cuenta en la primera parte. Están aquí los poemas más personales del conjunto y quizá los mejores ("Anecdotario", "Las cicatrices", "Ignorancia" o "Aventura").
Sólo por ellos y algunos más de la primera parte de Historia de una anatomía merece la pena indagar en este último libro de Francisca Aguirre.
2 comentarios:
En mi modesta opinión, la mejor poeta viva de nuestra lengua.
Muy probablemente sea así, Alejandro, pero me falta perspectiva. De lo que sí estoy seguro es de que lo que he leído de ella siempre me ha gustado.
Publicar un comentario