27 septiembre 2012

Un Mike Hammer castizo

Tom Z Stone

J.E. Álamo

Dolmen, 2012

ISBN: 978-84-15-29602-7

320 páginas

18,95 €

Premios Pandemia 2012 y Torno Negro 2012



Joaquín Blanes

¿Quién recuerda a Stacey Keach y su inseparable bigote dando vida a Mike Hammer? ¿Quién recuerda la trompetita del 'opening' con esa tonada 'sweet jazz'? ¿Quién recuerda cómo amartillaba la pistola, cómo echaba humo como una fogata hecha con leña húmeda? Aquello sí que era un tipo duro y no lo que se ve ahora en los gimnasios. Tanto duro de proteína y aminoácidos sin un pelo en el pecho que llevarse a la boca. ¿Cómo olvidar el Philip Marlowe creado por Raymond Chandler, que interpretaran Humphrey Bogart en El sueño eterno o Robert Mitchum en Adiós muñeca? Esa dureza reflejada en la piel tosca, agrietada y curtida, esos rostros impasibles ante un revólver que les apunta a la cabeza, esa desgana e ironía natural a la hora de hablar, esa misoginia atávica que les llevaba a detestar a cualquier ser humano, salvo a las mujeres de piernas afiladas y generoso escote enarcado en un vestido sugerente a modo de rica ofrenda. Y es que hay que ser muy hombre para enfrentarse a la muerte, hay que ser muy varón para sobrevivir a los ataques y encerronas de los villanos, soltando una deslenguada frase que termina en bronca, tortazo, cabezazo o patada en las costillas.

J.E. Álamo recupera a ese tipo de detectives, pero no deja que la dureza sea sólo cosa de investigadores privados o de salvajes psicópatas capaces de meter en una alfombra persa el cadáver de uno de los suyos; también Mati, la ayudante de Stone, tiene los mismos modales que un doberman en ayuno. Aquí todos tienen unas maneras y unos protocolos más propios del Príncipe Harry que de casta nobleza.
 
J.E. Álamo los recupera de forma original, porque el protagonista es un Zeta, un reanimado, un muerto que ha vuelto a la vida, como los Beatles o como el mítico futbolista George Best, todo después del FR, el Fenómeno de Reanimación, al que diversos científicos quieren aplicar la lógica de probetas y manuales, mientras Tom Z Stone, se enfrasca en un complicado caso de chantaje, secuestro y, como no, asesinatos. 

Lo más destacable de este personaje, lo más destacable de la novela, es la fugacidad con la que se deja leer, el gozo con el que uno recupera a esos detectives imposibles. Todos sabemos que la mayoría de detectives son personas familiares, con una desarrollada alopecia difusa a modo de cartón o frente despejada, que sufren de varices, halitosis, aerofagia, hernia de hiato, dispepsia, cólicos nefríticos, alergias a los ácaros o a los pijamas de franela… en definitiva, que son mortales y por ende humanos. Pero Stone, amigos míos, no lo es, y por eso le trae al pairo lo que piensen los borregos, digo, las personas comunes, las que siguen vivas. Él es un muerto viviente y tiene un carácter que da gusto, llama a las cosas por su nombre, al gato lo llama Gato, al Gran Louie orangután y a Garrido, gilipollas, pero con cariño.

La trama es de lo más interesante, agarra, aprisiona y atrapa, además, el autor, va colgando algunos detalles que hacen sospechar al lector ducho en este género de quién es el culpable de todo y en este caso, lo siento mucho, no es el mayordomo, a ese se lo cargan.

Dolmen ha apostado fuerte por una línea Z que está dando gran satisfacción a sus editores y a un buen número de lectores que adoran este género, y es revelador observar las vueltas de tuerca que pueden darse a un tema aparentemente manido y sobado como son el de las madalenas en el desayuno de un niño y el de los Zombis, zombies para los más cultos.

Y lo mejor de todo, es que esto es sólo el comienzo, porque Tom Z Stone, será pronto una serie a tener en cuenta y seguirá dando por saco en la ciudad, resolviendo casos o, en su defecto, metiéndose en fregados que ahuyentarían al más pintado, incluyendo a esos tipos de gimnasio hinchados como el corcho y depilados como una brasileña.

2 comentarios:

J.E. Alamo dijo...

Hombre, siempre es un placer que alguien lea con tanto gusto lo que uno escribe. Gracias por tus palabras y sí, Let it Be es la próxima novela de Tom Z. Stone :)

Joaquín Blanes dijo...

El placer es del lector, te lo aseguro.