Corona de flores
Javier Calvo
Mondadori, 2010
ISBN: 978-84-397-224-58
308 páginas
20 €
Luis Manuel Ruiz
Que Javier Calvo, uno de los principales adalides de la posmodernidad en la literatura presente de este país, se descuelgue ahora con un relato rotundamente gótico, cuajado de apariciones, hemoglobina, sombras nocturnas y cadáveres escondidos, puede mover a muchos lectores al desconcierto o la sospecha. Pero quien conozca su obra un poco más de cerca, quien le haya mirado el envés o el forro, sabrá que dicho giro, mucho menos brusco de lo que aparenta a primera vista, no es casual. Ya los relatos finales de Los ríos perdidos de Londres insinuaban un viraje hacia una zona de la realidad menos oreada y rectilínea que la de sus libros iniciales, y la espléndida Mundo maravilloso (uno de los títulos clave de la última década para quien esto escribe) rozaba en algunos de sus capítulos oscuridades de mazmorra, biblioteca y laboratorio que sólo ahora, en esta Corona de flores, reciben la atención plena que merecen.
En un plano más profundo, lo que a primera vista resulta un aparatoso divertimento gótico esconde, quizá, una reflexión llena de melancolía sobre el mundo actual y el sustrato moral (o amoral) que ocupa sus suelas. Una Barcelona que se cubre paulatinamente de polución y niebla, un reino de dioses y brujas que recula ante el avance del positivismo, artistas, autores de folletín y sabios fáusticos que certifican la defunción de la vieja moral de la caballerosidad y el asilo, apuntan en la dirección de un diagnóstico: hubo un momento en la historia en que este extraño universo nuestro surgió de las cenizas de otro universo distinto, no menos extraño y quizá tampoco apacible. Para retratar esa emersión, Calvo redacta una novela absorbente, negrísima y espléndida, como la autopsia de un bello cadáver.
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