20 junio 2010

Escribir y cantar desde la amistad


Romper una canción. Así se escribió el disco Vinagre y rosas de Joaquín Sabina

Benjamín Prado

Aguilar, 2009

ISBN: 978-84-03-10086-2

223 páginas

16 euros






Juan Carlos Sierra


No deja de ser algo muy particular escribir en primera persona del plural un libro sobre cómo se ha cocinado un disco, es decir, sobre el proceso de creación –digamos, literaria- de un artefacto artístico que combina música y letra. Ya que quien lo escribe, Benjamín Prado, es poeta, novelista, articulista, ensayista,… -y, últimamente, recitador y cantante ocasional con Coque Malla-, en Romper una canción pesa más, como no podía ser de otra forma, la indagación en el elemento lingüístico que en el melódico.

Lo más interesante del libro, en este sentido, se encuentra en el trabajo creativo a cuatro manos descrito en él acerca de algunas de las letras del último trabajo discográfico de Joaquín Sabina Vinagre y rosas.

Supongo que en solitario cada autor ataca la página en blanco con sus particulares estrategias, pero cuando se juntan dos creadores –y, sin embargo, amigos- hay que trazar un plan conjunto, consensuar unos mínimos, establecer unos límites y negociar los extremos de las sensibilidades y de los gustos. En el caso de Benjamín Prado y Joaquín Sabina esos pactos entre caballeros están claros desde la amistad, con sus complicidades y sus navajazos a cara descubierta –a los auténticos amigos hay que decirles las verdades-.

Si el autor de Romper una canción no ha echado mano de la ficción o de la mistificación, hay que señalar que los textos escritos bajo la responsabilidad de Benjamín Prado y Joaquín Sabina tienen exactamente lo que les hace falta. Quiero decir que las letras de Vinagre y rosas escritas a cuatro manos están trabajadas hasta la extenuación de las estrofas, hasta la satisfacción plena por el resultado, hasta el hallazgo de la palabra exacta, de la rima imprescindible, como si se tratara de un combate de boxeo en el que nadie levanta los brazos o besa la lona hasta que no ha explorado su último golpe.

De este combate se puede salir muy magullado e, incluso, definitivamente roto, si no se cuenta con la mejor de las compañías, la de la amistad. Y el tándem Benjamín Prado y Joaquín Sabina da buena muestra de la de mejor calidad a lo largo de la narración del cómo se hizo Vinagre y rosas. Pero también intervienen, aunque en el papel de personajes secundarios –pero no menos importantes en el coro de los amigos- otros que algo tienen que ver también con el vicio de escribir –Luis García Montero, Almudena Grandes, Felipe Benítez Reyes, Chus Visor, en calidad de amigo editor, Jimena, autora consorte,…- y lugares que han cimentado esa amistad –Rota, Madrid y, para este disco, Praga-. Sobre ellos se habla, siempre desde el cariño más entrañable; se cuentan anécdotas, cenas, apoyos, noches, copas, canciones,… que proporcionan al libro vida vivida intensamente, agilidad, humanidad y, para los cotillas, poca cosa.

Quien conozca un poco al grupo que se describe más arriba estará echando de menos un nombre esencial, el de Ángel González. Y quien haya escuchado el disco podrá compartir que la canción dedicada al poeta ovetense anuda la emoción en la garganta, sobre todo a quienes lo conocieron, aunque fuera tangencialmente, y a los que lo leyeron y lo siguen visitando en sus versos. Quizá se trate del tema de Vinagre y rosas que mejor aúna las virtudes de este libro y de la amistad que lo fundó.

Supongo que en el frenesí del trabajo creador y de la amistad se pueden exagerar algunas impresiones –en algún momento se dice que las letras de Vinagre y rosas son dignas de Dylan o de Leonard Cohen-. Sin embargo, lo que sí se puede afirmar de Romper una canción es que se trata de un libro curioso, diferente, particular e interesante, especialmente para aquellos que estén preocupados por los procesos creativos, quienes prefieran, por ejemplo, contemplar en La Academia de Florencia las estatuas inacabadas de los ‘Esclavos’ de Miguel Ángel a la perfección del ‘David’.

Y, para ser sinceros, no sé si esta reseña es sobre un libro o sobre un disco.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Ay, amigos, no suelo quejarme, y menos en sitios que me gustan, como esta revista de literatura, pero será precisamente por eso, porque es de literatura, me pregunto qué hace aquí este libro. No me esperaba encontrarlo más allá de los pasillos del Carrefour. Además, esto se parece cada vez más a un panfleto de Impedimenta y de Paréntesis, que no son las dueñas de los mejores catálogos, como todos sabemos.

Carolink dijo...

Amigo Tonino, primero que nada decirle que comento a título particular, del todo, como todos los que participamos en este blog escribimos y comentamos. Como usted, también me sorprendí al encontrar esa portada, mi susceptibilidad se puso en guardia, pero me leo el texto y confío -a título particular, nada más- en el buen criterio de Jesús Cota para haber elegido ese libro. Conste que aquí ninguno es director de contenidos, e individualmente decidimos qué leemos y qué criticamos. También decidimos qué nos callamos, pero no estamos por la labor de callarnos mucho.
Por lo mismo, porque somos un colectivo desorganizado y sin cabeza, hemos coincidido en críticas de la misma editorial. El que nos hayan gustado, a ambos colaboradores, los respectivos libros no es más que una coincidencia. No nos hemos visto las caras en la vida. Un cordial saludo -a título particular-.

Unknown dijo...

Hola, Carolink, te agradezco que entres en el debate y no dejes mi comentario suspendido en el limbo virtual. Uno se harta a veces de tanta buena palabra y echa de menos un poco de controversia, leer alguna que otra pega de vez en cuando. Viniendo la recomendación de Jesús Cotta, tal vez deba darle una oportunidad -creo que le tengo manía al grupo formado por García Montero y sus acólitos-; Cotta, y Luis Manuel Ruiz son los que me han puesto al descubierto los libros más interesantes, que me hubieran pasado totalmente desapercibidos de no ser por sus reseñas. Mi queja tenía que ver con que este libro no necesita más promoción de la que tiene, ya ves, se vende en grandes supermercados al lado de los discos top ten.
Por supuesto que se puede coincidir en libros de una misma editorial, aunque la relación con Paréntesis me parece más estrecha que la debida puramente al azar, lo que no tiene nada de reprochable, por otra parte, si no fuera por algunos de sus títulos, que es de lo que yo me quejo tenuemente.
El disco de Sabina, en mi opinión, es muy malo.
Un saludo y espero que nadie se moleste. Felicitaciones de verdad. Ojalá hubiera más sitios como éste.

Juan Carlos Sierra dijo...

Queridos Tonio y Carolina, lo primero que he de decir es que mi admirado Jesús Cota no es el responsable de esta reseña, sino Juan Carlos Sierra, es decir, el que escribe estas líneas. He de confesar que me costó más de una consulta con amigos del blog y conmigo mismo embarcarme en ella, por muchas razones de las que Tonino ha señalado, aunque debemos admitir que no todo lo que se vende en las grandes superficies es material de desecho. Este libro creo que tampoco lo es ni me temo que le haga falta la escasa e insignificante promoción que se le pueda hacer -o no- desde estas páginas. Aparte de cuestiones sobre la amistad de los personajes que aparecen en él y de los gustos personales sobre la obra de 'sus autores', creo que en la reseña queda claro que lo que más me interesa del libro son los procesos de creación que se ponen de manifiesto en él, algo que no sólo afecta a la literatura evidentemente.
Por cierto, Carolina, aunque a mí tampoco me pones cara aún, espero que resolvamos esta cuestión con una cervecita -o dos- cuando pases por Sevilla. Como no sé cuándo podrá ser lo de la cervecita, aprovecho este comentario ya demasiado extenso para comunicarte mi admiración por las reseñas que te he podido leer en estas páginas.
Y a ti, Tonino, te agradezco la sinceridad de tu comentario. ¡Que no decaiga!

Fran G. Matute dijo...

Me uno a la "polémica" que ha generado esta reseña ya que, confieso, de primeras me extrañó mucho su publicación...

Pero ha sido gracias a los comentarios de Tonino que he recordado que existen libros importantes sobre el proceso de fabricación musical. Y un equivalente a este "Romper una canción" sería el "Rolling Thunder" de Sam Shepard, salvando mucho las distancias.

Así que entiendo que el "problema" de la reseña no debería ser tanto el hecho de que hable de la creación de un disco (también hay excelentes ejemplos de literatura en este sentido) o de anécdotas de una gira o incluso que su habitat natural sean las grandes superficies comerciales...

El "problema" es que el libro pivota sobre un disco de Joaquín Sabina, reconozcámoslo... ;)

Jesús Cotta Lobato dijo...

Amigos, entro tarde en la interesante controversia. Quisiera decir, como ya ha comentado Juan Carlos Sierra, que yo no recomendé ese libro, pero que no veo mal que de vez en cuando se reseñen libros que se salen un poco de la norma. Eso permite que mucha gente se acerque a esta página en busca de casi todo. Por otra parte, casi todos los libros reseñados aquí son de literatura de verdad. Pero hay libros que están en la frontera y que a algunos estadistas les pueden interesar y está bien que tengamos libertad para reseñar a gusto. Así se trabaja mejor. Un abrazo a todos.

Carolink dijo...

Jo, lo siento, Juan Carlos, no le pongo cara a casi nadie y encima confundo los nombres. Ya lo arreglaremos :)