Las poseídas
Betina González
Tusquets, 2013. Colección "Andanzas"
ISBN: 978-84-8383-457-2
184 páginas
16 €
VIII Premio Tusquets Editores de Novela
José Martínez Ros
Situación del autor de la reseña ante
esta novela: desconoce la obra previa de la autora, por lo que no tiene
expectativas favorables o desfavorables hacia ella; no obstante, siente un
profundo respeto hacia la trayectoria de la editorial que lo publica y hasta
admira a alguno de los miembros del jurado que la ha premiado y que, por lo
tanto (presuntamente), lo han escogido entre los originales presentados a dicho
certamen.
Después de la lectura, lo más
positivo es: que Betina González, de
la que duda que vuelva a leer otro libro, no escribe mal. Incluso, podría
decirse que escribe bastante bien. Es capaz de transfigurarse de forma
convincente en la narradora quinceañera. Sus virtudes lucen en
varios pasajes donde un autor o autora más mediocre se habría estrellado sin
remedio.
Por ejemplo:
a) Al
contar de modo gélido y crudo, desprovisto de cualquier sentimentalismo, el
primer escarceo sexual de una adolescente con un desconocido.
b) En un
largo fragmento en el que explica las relaciones de poder entre los distintos
subgrupos que se crean en el interior de colegio religioso de Buenos Aires que
sirve de escenario de la novela.
c) En un
ciertamente intenso monólogo en el que una de las protagonistas relata
diferentes hechos de su pasado.
Betina
González no es una mala
escritora. De hecho, al nivel más básico, Las
poseídas es una novela lo suficientemente amena (y breve) para que el autor
de esta reseña la haya leído en un par de tardes. Y, sin embargo, mientras lo
hacía no ha dejado de recordar esta cita del más importante narrador de nuestra
lengua de las últimas décadas, que es, como todo el mundo sabe o debería saber,
Roberto Bolaño: “Si la historia que
narras es inane o está muerta o es archisabida, una estructura adecuada puede
salvarla (aunque no por mucho tiempo, eso también hay que reconocerlo), en
tanto que una historia muy buena, si está contenida en una estructura, digamos,
periclitada, no la salva ni Dios.”
El
problema de Las poseídas es que a) no
es una historia muy buena -más bien diría que es un relato alargado, con dos o
tres episodios de relleno- y b) está contenida en una forma que estaba dejando
de ser original en la época de Esquilo
y Sófocles.
Veamos: ¿de qué va Las poseídas?
-Personaje narrador encerrado, mental
y físicamente, en un espacio opresivo, rígido, asfixiante, etc. El colegio de
las monjitas.
Reacción del autor de esta reseña: me
suena.
-Llega de ninguna parte, o de un
lugar exótico -en este caso la decadente Europa- la coprotagonista, que es una
chica que tiene todas las virtudes activas de la que carece la narradora: es
rebelde, apasionada, bella, inteligentísima, apasionada, etc.
Reacción del autor de esta reseña: os
damos la bienvenida, viejos y queridos
tópicos.
-Evidentemente, la narradora y la chica
bella, atormentada y rebelde se harán amiguísimas porque sí, sin más
justificación que la necesidad de la autora de insuflar algo de oxígeno a su
agonizante novelilla, tanto que sus compañeras de clase llegarán a suponer
que son lesbianas.
Reacción del autor de esta reseña:
hubiera sido más interesante si se hubieran estado tirando -metafóricamente- de
los pelos durante unas cuantas decenas de páginas. O que fueran de verdad
lesbianas, qué demonios.
-La amistad entre la narradora y la
chica bella, atormentada y rebelde cambiará profundamente a la primera, y su
relación chocará contra las autoridades que rigen el espacio opresivo, rígido,
etc. en el que se hayan recluidas. Lo que, por lo demás, es bastante lógico si
se dedican al vandalismo, como las protagonistas de esta novela.
Reacción del autor de esta reseña :¡no
me lo esperaba! ¡Increíble! ¡Lo nunca visto!
-Final trágico (para la chica
apasionada, rebelde, bella, atormentada, etc.) y para la protagonista empieza
“su verdadera vida”.
Reacción del autor de esta reseña: se
desploma sobre su sofá y está a punto de aplastar a su pobre gata. Adopta
posición fetal. Zzzzzzzzzzzzzz. Sonoros ronquidos.
Además de eso, hay un par de
episodios de relleno un tanto aburridos, entre los que destaca una pequeña saga
gótico-pampeña que intenta explicar por qué la chica apasionada, rebelde y
atormentada es tan apasionada, rebelde y atormentada y cuyo final (también muy
trágico y sanguinolento) ha hecho recordar al autor de esta reseña uno de sus
relatos favoritos de todos los tiempos, "Elly" de William Faulkner, que
curiosamente también está protagonizado por una adolescente con, digamos,
inquietudes no convencionales.
Como el autor de esta reseña quiere
acabarla de una manera constructiva, recomienda a la Sra. González la lectura de "Elly" de William Faulkner para que compruebe con sus propios ojos que es
posible contar una historia de una adolescente problemática de una forma
original e interesante e, incluso, genial, hoygan.
2 comentarios:
Hola José:
No he leído esta novela, pero con tu crítica me hago una idea.
Me gusta esa reivindicación de Bolaño que haces. Últimamente parece que está de moda decir que Bolaño está sobrevalorado. He releído hace unas semanas, después de 14 años, Los detectives salvajes, y me he quedado tan pasmado como el primer día. Ya lo comentaré en breve en mi blog.
saludos
Todos los que dicen que Bolaño está sobrevalorado están tan sobrevalorados que dentro de unos años hará falta consultar la wikipedia para saber quienes son;)
Abrazos, David!
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