01 abril 2013

Jóvenes, guapas y tópicas





Las poseídas

Betina González

Tusquets, 2013. Colección "Andanzas"

ISBN: 978-84-8383-457-2

184 páginas

16 €

VIII Premio Tusquets Editores de Novela






José Martínez Ros


Situación del autor de la reseña ante esta novela: desconoce la obra previa de la autora, por lo que no tiene expectativas favorables o desfavorables hacia ella; no obstante, siente un profundo respeto hacia la trayectoria de la editorial que lo publica y hasta admira a alguno de los miembros del jurado que la ha premiado y que, por lo tanto (presuntamente), lo han escogido entre los originales presentados a dicho certamen.

Después de la lectura, lo más positivo es: que Betina González, de la que duda que vuelva a leer otro libro, no escribe mal. Incluso, podría decirse que escribe bastante bien. Es capaz de transfigurarse de forma convincente en la narradora quinceañera. Sus virtudes lucen en varios pasajes donde un autor o autora más mediocre se habría estrellado sin remedio.

Por ejemplo:

a) Al contar de modo gélido y crudo, desprovisto de cualquier sentimentalismo, el primer escarceo sexual de una adolescente con un desconocido.
b) En un largo fragmento en el que explica las relaciones de poder entre los distintos subgrupos que se crean en el interior de colegio religioso de Buenos Aires que sirve de escenario de la novela. 
c) En un ciertamente intenso monólogo en el que una de las protagonistas relata diferentes hechos de su pasado. 

Betina González no es una mala escritora. De hecho, al nivel más básico, Las poseídas es una novela lo suficientemente amena (y breve) para que el autor de esta reseña la haya leído en un par de tardes. Y, sin embargo, mientras lo hacía no ha dejado de recordar esta cita del más importante narrador de nuestra lengua de las últimas décadas, que es, como todo el mundo sabe o debería saber, Roberto Bolaño: “Si la historia que narras es inane o está muerta o es archisabida, una estructura adecuada puede salvarla (aunque no por mucho tiempo, eso también hay que reconocerlo), en tanto que una historia muy buena, si está contenida en una estructura, digamos, periclitada, no la salva ni Dios.

El problema de Las poseídas es que a) no es una historia muy buena -más bien diría que es un relato alargado, con dos o tres episodios de relleno- y b) está contenida en una forma que estaba dejando de ser original en la época de Esquilo y Sófocles.
           
Veamos: ¿de qué va Las poseídas?

-Personaje narrador encerrado, mental y físicamente, en un espacio opresivo, rígido, asfixiante, etc. El colegio de las monjitas.
Reacción del autor de esta reseña: me suena.

-Llega de ninguna parte, o de un lugar exótico -en este caso la decadente Europa- la coprotagonista, que es una chica que tiene todas las virtudes activas de la que carece la narradora: es rebelde, apasionada, bella, inteligentísima, apasionada, etc.
Reacción del autor de esta reseña: os damos la bienvenida, viejos y queridos tópicos.

-Evidentemente, la narradora y la chica bella, atormentada y rebelde se harán amiguísimas porque sí, sin más justificación que la necesidad de la autora de insuflar algo de oxígeno a su agonizante novelilla, tanto que sus compañeras de clase llegarán a suponer que son lesbianas.
Reacción del autor de esta reseña: hubiera sido más interesante si se hubieran estado tirando -metafóricamente- de los pelos durante unas cuantas decenas de páginas. O que fueran de verdad lesbianas, qué demonios.

-La amistad entre la narradora y la chica bella, atormentada y rebelde cambiará profundamente a la primera, y su relación chocará contra las autoridades que rigen el espacio opresivo, rígido, etc. en el que se hayan recluidas. Lo que, por lo demás, es bastante lógico si se dedican al vandalismo, como las protagonistas de esta novela.
Reacción del autor de esta reseña :¡no me lo esperaba! ¡Increíble! ¡Lo nunca visto!

-Final trágico (para la chica apasionada, rebelde, bella, atormentada, etc.) y para la protagonista empieza “su verdadera vida”.
Reacción del autor de esta reseña: se desploma sobre su sofá y está a punto de aplastar a su pobre gata. Adopta posición fetal. Zzzzzzzzzzzzzz. Sonoros ronquidos.

Además de eso, hay un par de episodios de relleno un tanto aburridos, entre los que destaca una pequeña saga gótico-pampeña que intenta explicar por qué la chica apasionada, rebelde y atormentada es tan apasionada, rebelde y atormentada y cuyo final (también muy trágico y sanguinolento) ha hecho recordar al autor de esta reseña uno de sus relatos favoritos de todos los tiempos, "Elly" de William Faulkner, que curiosamente también está protagonizado por una adolescente con, digamos, inquietudes no convencionales.

Como el autor de esta reseña quiere acabarla de una manera constructiva, recomienda a la Sra. González la lectura de "Elly" de William Faulkner para que compruebe con sus propios ojos que es posible contar una historia de una adolescente problemática de una forma original e interesante e, incluso, genial, hoygan.

2 comentarios:

David Pérez Vega dijo...

Hola José:

No he leído esta novela, pero con tu crítica me hago una idea.

Me gusta esa reivindicación de Bolaño que haces. Últimamente parece que está de moda decir que Bolaño está sobrevalorado. He releído hace unas semanas, después de 14 años, Los detectives salvajes, y me he quedado tan pasmado como el primer día. Ya lo comentaré en breve en mi blog.

saludos

José Martínez Ros dijo...

Todos los que dicen que Bolaño está sobrevalorado están tan sobrevalorados que dentro de unos años hará falta consultar la wikipedia para saber quienes son;)
Abrazos, David!