02 mayo 2013

Búscame en el Café Dióscuri


Atenas

Juan Vicente Piqueras

Visor, 2013. Colección "Visor de Poesía"

ISBN: 978-84-9895-839-3

67 páginas

10 €

XXV Premio Fundación Loewe



Juan Carlos Sierra

Como dice la "Nota del autor" que encabeza este poemario, “Atenas no es el tema de este libro”. Así que absténganse quienes busquen en él una mirada poética al presente o al pasado de la capital griega, una crónica de la actual situación crítica del país heleno o una mirada nostálgica a la Grecia clásica.

Atenas, la última y premiada obra de Juan Vicente Piqueras, habla sobre el viaje, sobre la imperiosa necesidad vital de este, sobre las capas que van dejando en el personaje poético las ciudades -en este caso Atenas- que forman parte de su rutina itinerante. Inevitablemente, para contar esta nueva etapa del viaje del protagonista lírico hay que hablar de ella, de la capital griega: de sus rincones -"Calles de Atenas"-, de sus 'graffitis' callejeros y su literatura -"Amor o nada"-, de su degradación -"Limosna"-, de su paisanaje -"Matrículas búlgaras"-; incluso en poemas como "Tebas", "Delfos", "Caronte", "Heridas sirenas", "Asterión agoniza",… de la geografía mítica o de los dioses tan terrenales que el inconsciente colectivo asocia inmediatamente con Grecia y su capital.

Se puede decir que este es el material más inmediato a partir del cual se trabaja el poema, es decir, la anécdota, el sustento físico o cultural que alimenta el músculo del auténtico discurso poético de Atenas. Lo interesante del libro de Juan Vicente Piqueras es el impacto de esta geografía, como lo podría ser cualquier otra, en el personaje poético que aparece en estas páginas. En este sentido, habría que leer Atenas como un viaje interior, como un recorrido por las incertidumbres, las dudas, las obsesiones,… de quien se expone a un nuevo paisaje urbano, a un idioma extraño y a una cultura asimilada a distancia a través de la literatura.

Y ese viaje interior solo tiene como objetivo iluminar a través del poema las zonas en sombra de quien protagoniza estos poemas: el yo que se mira en un pozo -"El laberinto"- y descubre que “el minotauro está dentro de mí”; el yo que intenta desobedecer al canto de sirenas de sus propias heridas para emprender “la odisea feroz de ser feliz” -"Heridas sirenas"-; el yo que conoce y calla su doblez: “Soy sólo aquí y ahora/ y lo que no me atrevo aquí y ahora/ a decir” -"Un instante"-; el yo que humildemente asume su oficio, su pasado y su soledad -"El burro de Kea"-,…

Además de todo esto, en Atenas podemos encontrar un juguetón homenaje al poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory en "Gracias de Grecia" y algunos poemas de difícil encaje en el conjunto -"Perdices", "Batalla" o "El mar en Kalamata"-; en ellos el lector puede perder el hilo y el libro pierde de hecho algo del pie sólido sobre el que había caminado en su viaje hacia, en y desde Atenas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Discúlpeme el autor de esta reseña, no es nada personal mi comentario, pero después de leerla únicamente aprendo que el libro no trata sobre Atenas, aunque algunos poemas sí que hablan de Atenas. Quiero decir que para decidirme a leer este libro me gustaría saber algo más que de qué tratan sus poemas. No pido que se diseccione el libro como si fuera una autopsia, pero me hubiera gustado que profundizara un poco más para tener una idea de cómo escribe este autor, a quién se parece, si tiene voz propia, en fin, qué le ha hecho merecedor de tan prestigioso premio (¿o no tanto?).
Gracias.

RIE dijo...

RIE

RIE MAS dijo...

RIE

Juan Carlos Sierra dijo...

Querido Anónimo:
A veces hay que leer entre líneas o pensar en que lo no dicho tiene tanta importancia como lo escrito. No obstante, respondiendo rápidamente a sus preguntas le diré que, como se advierte en el último párrafo, hay poemas que desentonan del tono -valga la redundancia- general del libro, que el poeta a veces se permite el juego poético, y no solo en el poema dedicado a Ory, que predomina la poesía limpia,clara y directa, sin despreciar el uso de imágenes que complementan el discruso más 'prosaico' -en el buen sentido de la palabra-. Quizá debería haber puesto esto en la reseña, es verdad. Espero que, sin entrar en la disección exhaustiva, esto pueda satisfacer su curiosidad y le anime -o no- a leer el libro.
Gracias por su comentario.