16 septiembre 2011

Una historia conmovedora, asombrosa y genial

Zeitoun

Dave Eggers

Mondadori, 2010

ISBN: 978-84-397-2283-0

320 páginas

21,90 €

Traduccion de Cruz Rodríguez Juiz



Fran G. Matute

Dave Eggers bien podría considerarse uno de los personajes más influyentes de la literatura norteamericana de principios del siglo XXI de no haberse ramificado y/o expuesto tanto (¿quién, en su sano juicio, se dedicaría a ser editor, crítico, novelista, relatista, ensayista, profesor, guionista y filántropo?). En cualquier caso, es justo reconocer la importancia de este amante de las letras (en toda su extensión) como catalizador de talentos de la talla de David Foster Wallace, Michael Chabon o Jonathan Lethem, a los que dio a conocer gracias a sus publicaciones literarias, particularmente McSweeney's, que se convirtió en el ágora de la nueva narrativa estadounidense, esa que en España se vino a conocer como "The Next Generation".

Lo curioso del caso es que si bien Eggers ha demostrado siempre solvencia y tino para identificar la valía literaria en los textos escritos por sus coetáneos, su propia obra ha tendido a desmerecer, artísticamente hablando, en comparación. Quizás por presentar un 'opus' excesivamente meándrico, quizás porque la ficción no ha sido nunca el fuerte de este escritor (admitamos que sus novelas no son de lo mejorcito de su producción). Pero, en cualquier caso, la realidad nos pone de manifiesto que Eggers gestiona mejor el talento externo que el suyo propio. Y es en el marco de esta reflexión que nos topamos con su última publicación hasta la fecha: Zeitoun (2009), una narración cuasi periodística (que nos atrevemos a etiquetar como "ensayo" por proximidad estilística) sobre la triste aventura vivida por Abdulrahman Zeitoun y su familia durante el 'aftermath' del huracán Katrina en Nueva Orleans.

Con un estilo narrativo limpio y directo, Eggers desgrana, no sin cierta vocación novelística, los pormenores padecidos por Zeitoun, empresario de origen sirio, que decidió quedarse en la ciudad durante la tormenta para salvaguardar sus pertenencias y vigilar su negocio, convirtiéndose , por méritos propios, en uno de esos "héroes anónimos" (como gusta catalogar a la prensa estadounidense) del desastre, en su afán por ayudar de forma desinteresada a sus vecinos gracias a sus constantes paseos en canoa por las anegadas calles de la ciudad de Louisiana. Pero Eggers no pretende caer en victimismos ni en alardes filantrópicos con esta historia -y eso que lo recaudado con la venta de este libro se destina a causas benéficas relacionadas con la reconstrucción de Nueva Orleans-, porque al margen de la odisea familiar que cuenta este Zeitoun, la realidad va mucho más allá de una bonita historia de superación y heroismo.

Lo que verdaderamente plantea Eggers con este texto es el grado de putrefacción que vivió la ciudad (y por ende su organización administrativa y humana) en los momentos posteriores al desastre natural. La cuestión principal a tener en cuenta es que, en medio del caos, a Zeitoun lo confundieron con un terrorista de Al-Qaeda y bajo esa mera (y vaga) presunción le cortaron, de raíz, prácticamente todos sus derechos fundamentales. No se trata de un cuento con moralina (aunque obviamente esta historia viene cargada con una). No pretende Eggers demonizar el injusto arresto sufrido por Zeitoun por el mero hecho de que hubiera estado salvando vidas desinteresadamente (aunque lo anterior funcione como perfecto contrapunto dramático para su narración). Tampoco da la sensación de que Eggers esté haciendo un alegato sobre la paranoia existente en los EE.UU. contra los practicantes del Islam (aunque haga hincapié en el desconocimiento generalizado que la sociedad norteamericana tiene sobre dicha religión). El protagonista de esta historia bien podría haber sido un WASP que se hubiera quedado en casa encerrado durante la tormenta, comiendo perritos calientes y esperándolas venir, y, extrañamente, la narración que Eggers nos propone nos hubiera parecido igual de impactante, por el mero hecho de que está tan bien escrita que nos ha llegado al alma.

Nos hemos hecho amigos de la familia de Zeitoun, una familia con ramificaciones en Siria y en España. Tres puntos cardinales que constituían un curioso triángulo de las Bermudas de (des)información, tensión y desesperación desde la distancia. Hemos padecido sus penurias y sus pequeñas alegrías. Hemos acompañado a Zeitoun por las calles de Nueva Orleans alimentando perros abandonados y rescatando ancianos. Hemos conocido a un trabajador incansable de esos que construyen cosas importantes con el esfuerzo y el sacrificio, en lugar de andar quejándose por todo y maldiciendo el sistema. No deja de resultar curioso que el título de la primera obra que publicó Eggers, puramente autobiográfica y que contaba una historia de superación personal frente a la adversidad, se tradujera en España como Una historia conmovedora, asombrosa y genial (2000), porque eso es, exactamente, lo que es Zeitoun: un libro que conmueve como pocos, que narra una historia asombrosa (aunque lo que se asombre es que semejante drama haya ocurrido hace cinco años en la supuesta primera potencia mundial) y que nos presenta a un personaje genial, un A. Zeitoun cuya odisea sí que merece ser contada. Por todo lo anterior es por lo que la existencia de este libro es un nuevo acierto en la obra de Dave Eggers, uno de los grandes gestores de talentos ajenos.

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