16 abril 2012

Sucias y en sepia



Moravia

Marcelo Luján

El Aleph, 2012

ISBN: 978-84-1532-519-2

160 páginas

19,50 €




Daniel Ruiz García

No es cuestión de destripar la novela, así que sólo diré que la historia que Marcelo Luján teje en Moravia tiene como punto de partida y de llegada El extranjero de Camus. Me atrevería a añadir que la deuda que Luján contrae con esa novela no tiene que ver sólo con la trama, sino también con el estilo e incluso con la esencia de El extranjero y con su condición de obra breve.

Porque es cierto que un libro de más de 150 páginas como el que nos ocupa no es encasillable, aparentemente, en la categoría de novela corta. Sin embargo la concentración cronológica de la historia, la brevedad de los capítulos y la forma de desvelamiento de la trama dejan en el lector la sensación de haber leído más bien una novela corta. O será por la capacidad del autor para alumbrar un relato intenso, bien labrado, en un equilibro constante entre la contención y la expresividad, a lo que ayuda mucho, desde luego, el ambiente gaucho en el que se desarrolla buena parte de la trama.

Cabría, no obstante, diferenciar dos partes en esta novela: una primera, más morosa, en la que los personajes son introducidos a través de la presentación de su biografía, sobre el tapete de un viaje algo intrigante hacia el reencuentro con el pasado; y una segunda, más directa, áspera, rítmica y sincopada, donde la lectura inevitablemente se precipita, otorgando el verdadero fuste literario a la novela.

Luján escribe realmente bien. Sabe administrar la información, limpiarla de elementos accesibles, pero al mismo tiempo embellecer el texto con aportaciones de fuerte expresividad y dimensión poética. La forma en que hace hablar a los personajes resulta enormemente atractiva, porque siempre parecen saber mucho más de lo que hablan. El elemento de intriga está muy bien dosificado y contenido, generando cierta sensación de extrañamiento en la lectura que ayuda a mantener la tensión.

En cuanto al qué, se trata de una historia muy en la órbita de El extranjero: el absurdo existencial, que en este caso se mezcla con –me parece- una reflexión sobre las consecuencias del embrutecimiento y la miseria, y de las pulsiones que lo mueven, capaces de sortear a la propia sangre. Una historia que habla de la Argentina profunda, y que evoca vagamente los territorios orilleros del Borges de Hombre de la esquina rosada, escenarios no muy distintos de la España profunda del terruño de los retratos más feroces de Cela o Delibes. Historia de tierra yerma, de sangre inútil y de reencuentros truncados, que Luján construye a través de un retrato que se me antoja sucio y en sepia: como esas fotos que no apreciamos pero están ahí, infames, brutales, refractarias al olvido.

1 comentario:

Guido Finzi dijo...

A mí, "Moravia", me trae a la mente ciertas historias de Edgardo Cozarinsky (hay algo común en personajes y ambientes).
Por lo demás, M. Luján es un escritor que no sólo lees con suno gusto sino que, al terminar un libro suyo, sientes el impulso de interesarte por el resto de su obra; indagando en títulos previos, y ansiando los futuros.

Un saludo