21 febrero 2013

Un 'blockbuster' global



El atlas de las nubes

David Mitchell

Duomo, 2012. Colección "Nefelibata"

ISBN: 978-84-9272-3-799

608 páginas

21 €

Traducción de Víctor V. Úbeda


José Martínez Ros

Incluso antes de que se anunciara su adaptación al cine por los responsables, respectivamente, de la Trilogía de Matrix Corre, Lola, corre, la novela de David Mitchell El atlas de las nubes estaba destinada a convertirse en una de las más extrañas criaturas de pueblan el mundo editorial: un 'best-seller' de culto, una de esas raras obras que son devoradas casi compulsivamente por cientos de miles de lectores y alabadas por su complejidad y una escritura que, ciertamente, está por encima de la media. Muy, muy por encima. Una novela de la misma especie que, por ejemplo, La insoportable levedad del ser de Milan Kundera o La conjura de los necios de John Kennedy Toole.

Quizás la clave se encuentra en la propia personalidad literaria del autor: si uno ha seguido la carrera de David Mitchell, desde su magnífico debut, Escritos fantasmas, en el que ya ensayaba una descripción de las marañas de un mundo global, a la más reciente, Mil otoños, una melancólica novela histórica ambientada en el Japón del siglo XVIII que devuelve su dignidad a un género que suele presentar un devaluado, subterráneo, nivel literario, comprende que por encima de su admirable capacidad de experimentación con distintas voces y técnicas, lo que es Mitchell es, ante todo, lo que se suele llamar “un narrador nato”. Normalmente, esa expresión se utiliza para definir a un escritor para el que la narrativa no ha evolucionado ni un ápice desde Tolstoi, cuando no desde el anónimo (o no) autor de El Lazarillo, pero que en el caso de Mitchell adquiere todo su sentido: Mitchell es un escritor postmoderno, incluso cabría decir que muy postmoderno, que ha leído -y asimilado-, por decir dos nombres, a Thomas Pynchon o Vladimir Nabokov, pero que emplea todas sus argucias y trucos postmodernos con el noble fin de seducir y atrapar al lector.

El atlas de las nubes está compuesto de seis historias sutilmente entrelazadas que abarcan del siglo XIX a un futuro aún lejano y apocalíptico, todas ellas narradas en primera persona por una serie de personajes que van de un joven notario que viaja por el Pacífico y se topa con los devastadores efectos de la colonización europea a uno de los últimos supervivientes de la humanidad, reducida a habitar en un estado de poco más que tribal unas pocas islas dispersas por el globo cuando el resto del planeta ha sido devorado por las radiaciones nucleares y otros desastres ecológicos. Un conjunto de protagonistas que también incluye, entre otros, un compositor bohemio y bisexual, un anciano editor encerrado contra su voluntad en un asilo e, incluso, una clon. Con el salto de historia a historia, muta igualmente la voz narradora, que pasa de los ecos de Melville Conrad de la primera secuencia a disfrazarse de Evelyn Waugh, Nabokov, J. G. Ballard o, incluso, ¡John Grisham! (si, una de las historias imita de forma consciente el estilo de las novelas de los 'best-sellers' de suspense, y no lo hace nada mal). Quizás el único problema sea que, al colocar en paralelo seis historias, unas compiten involuntariamente con otras en la mente del lector, algo casi inevitable.

No quiero desentrañar la clave de su particularísima estructura: sólo afirmar que Mitchell, a pesar de sus continuas metamorfosis narrativas, consigue convencernos de que todas las mininovelas que conforman El atlas de las nubes están entrelazadas en una unidad mayor que, además, comparte una serie de temas: la solidaridad entre los seres humanos, el amor a la naturaleza, la libertad de pensamiento frente a la opresión del hombre por el hombre, el consumismo desaforado y la adoración de la tecnología. Es probable que Mil otoños sea una mejor novela, pero, desde el punto de vista estrictamente literario, un libro como El atlas de las nubes es una pequeña hazaña.

Llévenselo a la playa este verano. No creo que se arrepientan. Compite en una categoría donde no hay nadie mejor.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

si uno "ha" seguido.

Fran G. Matute dijo...

Corregida la errata. Se agradece el comentario.

Anónimo dijo...

Me sorprende mucho que relaciones un best seller de este calibre con autores de la talla de Ballard, Pynchon, Nabokov... habrá que echarle un ojo y quitarse prejuicios ante los blockbusters globales.

Ana dijo...

Gracias por tu detallada explicación, ha sido muy útil.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

No me había llamado mucho la atención por la sinopsis, pero con esta crítica, me animaré a leerla. Saludos

carnet manipulador de alimentos dijo...

Lo de 'Atlas de las Nubes' se me escapa completamente de las entendederas. Está bien ser ambicioso, en el sentido de pretender, pero si sólo se queda en eso, pues claro, tenemos lo de pretencioso. Es un desastre cinematográfico. No sé qué tendrían en la cabeza Tom Twyker y los Wachoski, pero esta historia de tintes 'cuánticos' no se coge por ningún lado: larga, tediosa, las historias al rato no interesan nada, infantiles... Uf, es que no tengo adjetivos. Tres horas, casi me puse por obligación acabarla, soportar esta tortura, era tal mi incredulidad. Y es que evidentemente había dinero, grandes actores, no sé de qué guión, sobre el famoso libro, partirían para acabar dándonos estos resultados. Indescriptible. Un saludo!!!